12/23/2011

Love is for everyone.

Porque todos estos días en los que estoy harta y la ciudad parece un infierno bajo cero y nada puede con mi gesto de haber perdido y siento que trago cristales rotos lo único que echo de menos es el gris de tu pelo a juego con mi ánimo, tu caricia fría de hombre duro que tiene absoluta adoración por quien corre al lado de su bastón y le imita esperando su risita haciendo eco. Esa vuestra es la complicidad que tanto envidié y quiero tener algún día, esas cintas en las que él te llamaba artista, pidiéndote otra canción, una bonita que no hable de pasados, que no raspe las rodillas, que recuerde la muñeca sin la que no podías dormir, el globo que perdiste aquella tarde y todas las tiendas que recorristeis buscando otro-tenía que ser del mismo color-para sustituirlo. Sería más fácil si hubiera heredado de ti esa facilidad de hacer feliz a la gente sin fruncir el ceño en el esfuerzo. Es injusto no haber llegado a conocer los surcos de los disgustos que nunca te he dado, tus opiniones sobre ellos, que han llenado y vaciado mi vida por temporadas. Pero te veo en otras calles, en otras miradas retorcidas por el paso del tiempo, en otros bancos en parques llenos de luz que aún no existían cuando decidiste irte, en fruterías donde nos reíamos haciendo bodegones imaginarios para mi arte con la pintura de dedos, tu decoración favorita de neveras. Vendería la mitad de mis días por una semana al contado para mirar por la ventana juntos, para enseñarte los deberes hechos y decirte que todos los Noviembres sigo esperando que me eches una mano y soplemos a dúo como antes para apagar las velas de mi tarta.

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